Fragmentación económica global amenaza la estabilidad y el crecimiento

## La fragmentación económica global se acelera, desafiando la estabilidad y el crecimiento

**Washington D.C.** – La economía global se enfrenta a una creciente fragmentación, una tendencia que amenaza con revertir décadas de integración comercial y financiera, según análisis recientes de importantes instituciones financieras y centros de investigación económica. Esta fragmentación, impulsada por tensiones geopolíticas, políticas proteccionistas y la búsqueda de seguridad en las cadenas de suministro, presenta desafíos significativos para la estabilidad económica mundial y las perspectivas de crecimiento a largo plazo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) en su último informe de Perspectivas de la Economía Mundial, destacó la creciente “balcanización” de la economía global, caracterizada por el surgimiento de bloques económicos rivales con diferentes estándares, regulaciones y preferencias comerciales. Esta tendencia, exacerbada por la guerra en Ucrania y las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China, está generando incertidumbre y aumentando los costos del comercio y la inversión.

Uno de los principales impulsores de la fragmentación es el resurgimiento del proteccionismo. Diversos países han implementado medidas para proteger sus industrias nacionales, restringir el comercio y promover la producción local. Estas medidas, que incluyen aranceles, subsidios y barreras no arancelarias, están dificultando el flujo libre de bienes, servicios y capitales a través de las fronteras. La reciente proliferación de leyes y regulaciones que favorecen la producción nacional en sectores estratégicos, como la tecnología y la energía, es un claro ejemplo de esta tendencia.

Además, la preocupación por la seguridad de las cadenas de suministro ha llevado a muchas empresas a diversificar sus fuentes de aprovisionamiento y a relocalizar la producción en países más cercanos geográficamente o con regímenes políticos más alineados. Esta tendencia, conocida como “friendshoring” o “nearshoring,” está reconfigurando las cadenas de valor globales y aumentando los costos de producción. Aunque se argumenta que estas estrategias mejoran la resiliencia, también pueden generar ineficiencias y reducir la competitividad.

El impacto de la fragmentación económica se siente en múltiples frentes. El comercio global se está desacelerando, la inversión extranjera directa está disminuyendo y la innovación se ve obstaculizada por la falta de colaboración y el intercambio de ideas. Además, la fragmentación puede exacerbar las desigualdades entre países y regiones, ya que los países más pequeños y menos desarrollados corren el riesgo de quedar marginados de los nuevos bloques económicos.

Los economistas advierten que la fragmentación económica podría tener consecuencias duraderas para el crecimiento global. La pérdida de eficiencia y la reducción de la competencia podrían frenar la innovación y la productividad, lo que a su vez podría disminuir el nivel de vida. Además, la fragmentación podría aumentar el riesgo de conflictos económicos y políticos, lo que podría desestabilizar aún más la economía global.

Ante esta creciente fragmentación, los líderes mundiales enfrentan el desafío de encontrar formas de mitigar sus efectos negativos. Esto incluye fortalecer el sistema multilateral de comercio, promover la cooperación internacional en áreas de interés común y garantizar que los beneficios de la globalización se distribuyan de manera más equitativa. La promoción de políticas que fomenten la resiliencia económica, la diversificación y la innovación también es crucial para navegar por este complejo panorama económico global. La búsqueda de soluciones cooperativas y la evitación de medidas proteccionistas son esenciales para preservar la estabilidad y el crecimiento en un mundo cada vez más fragmentado.

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