## Científicos descubren una nueva forma de fotosíntesis que podría revolucionar la agricultura
Un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, liderado por la Dra. Alisa Ramirez, ha anunciado un descubrimiento sorprendente que podría reescribir los libros de texto sobre biología y tener implicaciones significativas para la seguridad alimentaria global. El equipo ha identificado una nueva forma de fotosíntesis en una cepa específica de cianobacterias, un proceso que, a diferencia de la fotosíntesis tradicional, utiliza luz infrarroja lejana, un espectro de luz que la mayoría de las plantas no puede aprovechar.
El hallazgo, publicado en la prestigiosa revista “Nature”, detalla cómo estas cianobacterias han adaptado su maquinaria fotosintética para capturar y convertir la energía de la luz infrarroja lejana, que es más abundante en ambientes sombríos o en aguas profundas donde la luz visible es filtrada. Este proceso alternativo, que los investigadores han bautizado como “fotosíntesis infrarroja”, implica una reconfiguración radical de los pigmentos fotosintéticos, permitiendo a las cianobacterias prosperar en condiciones donde la fotosíntesis convencional sería ineficiente.
La Dra. Ramirez explicó que el descubrimiento fue accidental. El equipo estaba investigando la adaptación de las cianobacterias a entornos con baja intensidad lumínica cuando notaron un crecimiento inusual en cultivos expuestos principalmente a luz infrarroja lejana. Tras una investigación exhaustiva, identificaron una nueva clorofila, a la que han denominado clorofila f*, que permite a las cianobacterias absorber la luz infrarroja lejana de manera eficiente.
Las implicaciones de este descubrimiento son vastas. Actualmente, los cultivos agrícolas solo pueden utilizar una fracción del espectro lumínico disponible, lo que limita su eficiencia fotosintética y, por ende, su rendimiento. Si los científicos pudieran transferir las propiedades de la fotosíntesis infrarroja a las plantas cultivadas, podrían aumentar significativamente la producción de alimentos y reducir la necesidad de fertilizantes.
“Imaginen campos de trigo creciendo densamente incluso bajo la sombra de árboles, o algas cultivadas eficientemente en aguas turbias”, comentó el Dr. Kenji Tanaka, coautor del estudio. “Esta es la promesa que ofrece la fotosíntesis infrarroja”.
El equipo de Cambridge ya está trabajando en la aplicación de esta nueva forma de fotosíntesis a plantas más complejas. Aunque la transferencia de la clorofila f* y la maquinaria fotosintética asociada representa un desafío considerable, los primeros experimentos con plantas modelo, como la Arabidopsis thaliana, muestran resultados prometedores.
Sin embargo, los investigadores advierten que aún queda un largo camino por recorrer antes de que la fotosíntesis infrarroja pueda implementarse a gran escala en la agricultura. Es necesario comprender completamente los mecanismos genéticos y bioquímicos subyacentes al proceso, así como evaluar el impacto potencial en el ecosistema.
No obstante, el descubrimiento de la fotosíntesis infrarroja representa un hito importante en la investigación de la fotosíntesis y abre nuevas vías para mejorar la eficiencia de la producción de alimentos, un aspecto crucial para hacer frente al creciente desafío de alimentar a una población mundial en constante expansión. La comunidad científica espera con expectación los próximos avances en esta fascinante área de investigación.
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