Tensión en el Congreso por Reforma del Sistema de Pensiones

**Tensión en el Congreso por la Propuesta de Reforma del Sistema de Pensiones**

Brasilia – La propuesta de reforma del sistema de pensiones, presentada por el Poder Ejecutivo la semana pasada, ha desatado un intenso debate en el Congreso Nacional, con divisiones marcadas entre los diferentes bloques políticos y la sociedad civil. El proyecto, que busca garantizar la sostenibilidad del sistema a largo plazo, plantea cambios significativos en la edad mínima de jubilación, el tiempo de contribución y el cálculo de los beneficios.

La administración argumenta que la reforma es imperativa para evitar el colapso del sistema, debido al envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida. Según el ministro de Economía, Ricardo Alves, “el sistema actual es insostenible y requiere ajustes urgentes para asegurar que las futuras generaciones tengan acceso a una jubilación digna. La reforma es difícil, pero necesaria para el bienestar de todos los brasileños”.

Sin embargo, la propuesta ha encontrado fuerte resistencia por parte de la oposición, sindicatos y organizaciones sociales. Argumentan que la reforma perjudicará principalmente a los trabajadores de bajos ingresos, obligándolos a trabajar más tiempo para acceder a una jubilación reducida. La diputada federal Mariana Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), criticó duramente la propuesta, calificándola de “un ataque frontal a los derechos de los trabajadores. Esta reforma solo beneficia a los bancos y a las grandes empresas, a costa del sacrificio de la clase trabajadora”.

Uno de los puntos más controvertidos es el aumento de la edad mínima de jubilación, que se elevaría gradualmente hasta los 65 años para los hombres y 62 años para las mujeres. Además, la propuesta modifica el cálculo de los beneficios, que pasaría a considerar todo el período contributivo del trabajador, en lugar de descartar los años de menor salario, como se hace actualmente.

Las centrales sindicales han convocado a manifestaciones y huelgas en todo el país para protestar contra la reforma. Se espera que la presión social influya en el voto de los congresistas, especialmente aquellos que representan estados con una fuerte presencia sindical.

La tramitación de la reforma se prevé larga y conflictiva. El proyecto deberá pasar por varias comisiones en la Cámara de Diputados y en el Senado, antes de ser sometido a votación en el pleno de ambas cámaras. Para ser aprobada, la reforma necesita el apoyo de tres quintos de los diputados y senadores en dos votaciones distintas.

El gobierno está buscando el apoyo de los partidos del centro y la derecha para garantizar la aprobación de la reforma, pero la negociación se presenta compleja debido a las diferentes posiciones e intereses en juego. La incertidumbre sobre el futuro del sistema de pensiones genera preocupación entre la población, que teme las consecuencias de una eventual aprobación de la reforma tal como está planteada. El debate está abierto y el futuro del sistema de pensiones de Brasil se definirá en los próximos meses en el Congreso Nacional.

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