**Científicos descubren forma de convertir dióxido de carbono en metano a temperatura ambiente con sorprendente eficiencia**
En un avance que podría revolucionar la lucha contra el cambio climático, un equipo de científicos de la Universidad de California, Berkeley, ha anunciado un nuevo método para convertir el dióxido de carbono (CO2) en metano (CH4) a temperatura ambiente y presión atmosférica, utilizando un catalizador novedoso y una fuente de energía sorprendentemente suave: luz visible.
El descubrimiento, publicado en la prestigiosa revista “Nature Catalysis”, detalla el desarrollo de un catalizador de óxido de cobre modificado con átomos de rodio individuales. Este catalizador, explican los investigadores, posee una excepcional capacidad para absorber la luz visible y transferir esa energía para romper los fuertes enlaces del CO2, facilitando su reacción con el hidrógeno para formar metano.
“Lo que hace que este descubrimiento sea tan emocionante es la eficiencia y la simplicidad del proceso,” explica la Dra. Anya Sharma, líder del proyecto. “Los métodos actuales para convertir CO2 en metano requieren altas temperaturas y presiones, lo que los hace costosos y energéticamente demandantes. Nuestro catalizador elimina estas barreras, abriendo la puerta a una captura y conversión de CO2 más sostenible y asequible.”
El metano, el principal componente del gas natural, puede utilizarse como combustible, como materia prima para la producción de plásticos y otros productos químicos, e incluso para alimentar la red eléctrica. La capacidad de convertir el CO2, un gas de efecto invernadero abundante en la atmósfera, en un recurso valioso podría tener un impacto significativo en la reducción de las emisiones de carbono y en la transición hacia una economía circular.
El equipo de Berkeley ha demostrado que el catalizador puede convertir el CO2 en metano con una eficiencia del 78% bajo condiciones de laboratorio, un rendimiento significativamente superior al de las tecnologías existentes que operan a temperatura ambiente. Además, el catalizador demostró una notable estabilidad, manteniendo su actividad catalítica durante más de 100 horas de operación continua.
“Todavía queda mucho trabajo por hacer antes de que esta tecnología pueda ser implementada a escala industrial,” reconoce el Dr. Kenji Tanaka, coautor del estudio. “Pero los resultados iniciales son extremadamente prometedores. Estamos trabajando en optimizar el catalizador, mejorar su durabilidad y desarrollar sistemas para la captura y conversión de CO2 a gran escala.”
La investigación ha despertado un gran interés en la comunidad científica y en la industria energética. Numerosas empresas se han puesto en contacto con la Universidad de California, Berkeley, para explorar las posibilidades de comercialización de la tecnología.
Si bien el camino hacia la implementación a gran escala aún presenta desafíos, el descubrimiento de este catalizador eficiente y económico representa un importante paso adelante en la búsqueda de soluciones innovadoras para mitigar el cambio climático y construir un futuro más sostenible. El potencial de utilizar la luz del sol para transformar un contaminante en un recurso valioso es, sin duda, un avance científico sorprendente y lleno de promesas.
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